30/5/12

Útima semana en Londres

Esto se acaba. Últimos nueve días de mi estancia en Londres. Ya no queda nada para volver a la ilustre. Atrás dejo muchas cosas, pero sobre todo una gran experiencia. Estos últimos días los he intentado vivir con intensidad: St. James, fiesta de itsu, Portobello y planes con los compañeros.

(Postal de mis compañeros de itsu y Revista de itsu. En la revista salen todos los nombres de las personas que empezaron en itsu entre enero y marzo y me hace ilusión ver el mío)



Había librado el fin de semana anterior por lo que no libre hasta el miércoles de la semana siguiente. Sí, nueve días non-stop. El último día casi me da algo de cansancio. Al final acumulas muchas horas de sueño porque lo de meterme a la cama a las nueve va contra mi naturaleza... pero me tengo que levantar a las cinco y media. Es un problema. Lo sé.

El martes después de trabajar quedé con Beatriz y nos fuimos a un Starbucks a tomar algo. Ahí estuvimos un buen rato, hablando de cómo nos iba todo y las ganas que teníamos de volver. Yo tengo ganas, obviamente, pero también puedo asegurar que me quedaría aquí más tiempo. Me ha pillado en mi mejor momento...

El jueves quedé con Jorge y Oiana y nos fuimos a St. James Park a echarnos en la hierba un rato. Hacía muy buen día (nos ha venido el verano de sopetón, sin avisar) y nos pegamos toda la tarde echados cual zopencos. Después decidimos ir a un Subway a cenar. No sé cómo puedo caer de nuevo en la misma broma. Es la tercera vez que voy y la tercera que se me remueve un poco el estómago unas horas después. Creo que no volveré en mucho tiempo.

(St. James Park lleno de gente)

Y el viernes, al fin, pude ir a una fiesta de itsu. Sí, me tocó trabajar por la mañana pero, por desgracia, al día siguiente también trabajaba por la mañana. La fiesta empezaba a las cinco en Tiger, Tiger, una discoteca del centro de Londres (Picadilly). Quedamos a las seis y media en el metro y después de una visita al McDonalds para llenar un poco el buche, nos fuimos a la fiesta. 

La discoteca molaba mucho. Tiene varias salas en varios pisos. La nuestra era la del piso de abajo y molaba porque era música de los setenta y ochenta y tenía una plataforma donde las baldosas iban cambiando de color. ¡Flipas! Itsu había organizado un concurso de baile, pero sólo los más valientes se apuntaron. Los Operation Manager fueron sacando a todos los managers de las tiendas de itsu a bailar. Sí, es raro ver a tu manager un poco tocado del ala y bailando en la pista. Pero nos reímos un rato. Además, apuntó a dos de mi tienda para que bailaran... ¡y flipé! ¡Cómo bailan! Julia y Kristina habían trabajado antes en un bar vendiendo chupitos y bailando así que imaginaros. No sabía si estaban bailando o dándoles un ataque epiléptico (no bailaban como la "bumbum", que quede claro). Después de cada baile la gente votaba con gritos si debían pasar a la final o no. Desgraciadamente, ninguno de los de mi tienda pasó. ¡Ohhhhh!

(Entrada y algunos de mis compañeros: Romain, Silvanna, Lucija y Olga)


(Julia y Kristina antes de competir y Joana y Egle, dos de mis compañeras de Strand)


El resto de la noche estuvo muy bien. Las bebidas a una libra eran un plus. Sí, bebí alcohol. El manager  nos invitó a una cerveza (sí, tuve que bebérmela), bebí varios chupitos de tequila, vozka con zumo de naranja... Creo que me gasté un total de cinco libras. No es broma. Más tarde subimos a una de las salas de arriba. Había dos plataformas redondas y una de ellas con una barra americana. Era nuestro próximo objetivo. Pero no lo conseguimos. Dos chicas vestidas de ángeles se subieron, nos echaron a todos y se pusieron a bailar. ¡Desgraciás! A las once y media - doce menos cuarto me fui a casa, que sabía que hasta la una no iba a llegar y al día siguiente había que madrugar. Ahí se quedaron casi todos, gente con suerte que no trabaja el fin de semana.

(Pista de baile luminosa y foto con Lucija)

Trabajar el fin de semana de mañana no es mayor problema. Las horas no se hacen muy largas... excepto si te mandan special task. En el momento en el que oyes esa palabra ya puedes empezar a temblar. Puede tocarte limpiar las escaleras con estropajo, el techo con aspirador, la pared con esponja... o mucho mejor: bandejas de metal con palillo chinos. No estoy de broma. Ahí estuve, casi todo el día rascando con los palillos para conseguir que se fuera la roña y suciedad acumulada en las bandejas. Tenía que dejarlas como espejos. Conseguí limpiar seis en toda la mañana (tener en cuenta que tengo que estar haciendo lo que me piden cada vez que llega un cliente). ¡Qué matada!

Después de trabajar me fui con Sarai a Portobello a dar un paseo. Ella no había estado nunca (¡qué sorpresa!) y estuvimos muy a gusto. Había un puesto con cocos que te los abrían y te metían una majita y te bebías el agua del coco. Nos compramos uno los dos y nos lo fuimos bebiendo. Pero lo mejor de todo es que después oíamos que gritaban: "Fresh coconut. Good for your health, good for your heart, good for your kidney, good for your sex". Casi nos meamos. Cuando lo acabamos, les llevamos el coco y nos lo abrieron para que pudiésemos comérnoslo.

 
(Comiéndonos el super saludable coco)

Después de Portobello nos fuimos al centro, a Carnaby Street a comer algo. Fuimos a un restaurante americano muy chulo y nos pedimos unas patatas con queso y chili con carne. Estaba buenísimo, aunque el chili con carne ardía en la boca. No lo habíamos probado ninguno de los dos nunca y la verdad es que no sé si volveré a comer de esa manera. Una pena no tener batería en el móvil, hubiera sacado fotos del restaurante.

El domingo fue un día raro. Por la mañana fui a trabajar, como todos los días, y sólo estábamos Adam y yo. Empecé a hacer mis cosas y a las nueve y media no había aparecido Eugene, que le tocaba hacer bandejas. Muy intrigado le pregunté a Adam y él no sabía que había pasado. Hizo unas llamadas y resultó que Eugene no sabía nada y no venía. ¿A quién le tocó abrir dos secciones? Exacto. Me tuve que poner con la primera producción de bandejas. Me encanta, pero las bandejas de ensaladas son más complicadas y no me había tocado nunca. Al final conseguimos que todo estuviese a tiempo ya que vino Ben, el manager, y me estuvo ayudando. ¡Qué menos! Ahí estaba yo, lidiando con dos secciones solito (Adam estaba cortando pescado, haciendo maki y niguiris).

(Etiqueta que marca que me caduco el lunes y mensaje de Silverio en la mesa del Staff Room para que la dejemos ordenada)


Después de trabajar me fui a Picadilly, que había quedado con Jorge, Oiana, Bea y Sarai. Era la primera vez que se veían muchos de ello. ¡Venga ya! Viven todos en la línea azul oscura (Picadilly) a una parada de diferencia. Yo en la otra punta y les he visto a todos. Nos fuimos hasta Covent Garden para ir al bar australiano que tanto nos gusta a Jorge y a mí: Walkabout. Estuvimos un rato (largo) hablando y después tocó despedida. A la mayoría les veré pronto: Sarai se vuelve el 10 de junio, Jorge y Oiana a finales de julio y Beatriz... Bea se queda más.

El lunes fue mi último día en itsu. Les llevé bollos y zumos para el desayuno y nos pusimos, literal, como auténticos fiemos. Fue un día raro: último paquete de tofu a cortar, no iba a probar más alubias verdes a las siete de la mañana, no iba a mezclar más veg. mix... Raro. Me daba pena, de verdad. Además, al acabar el día les di a los manager una postal de "Thank You" y les dije que volvía al día siguiente para devolver las camisetas y echarme algo con los demás.

(Staff Room y la máquina en la que tienes que poner el dedo para controlar tus llegadas/salidas)

Y el martes tocó maletas... ¡Qué pesadilla! He facturado dos para evitar problemas o por lo menos suavizarlos. Tengo unas ganas inmensas de facturarlas y ¡ya! Doblar ropa, lavar ropa, encontrar cosas que no sabías que habías traído, jugar al tetris... pero ya están cerradas. ¡Menos mal!

(Mi ropa ya doblada y la entrada de mi casa)

Cogí las camisetas de itsu (me quedé una para mí) y me fui a devolverlas. Fue raro tener la última comida en el staff room, me dieron una postal muy chula firmada por todos en la que me pedían volver a verme... ¡Fue muy chulo! Nos fuimos a un bar cerca de la tienda donde estaban Silvanna y Olga esperándonos. Allí estuvimos toda la tarde: Marco, Eugene, Salvi, Silvanna, Susanna, María, Julia, Olga, Lucija y yo. El peor momento fue el de la despedida, sobre todo de Lucija, Olga, Silvanna y Susanna. Pablo no pudo venir y no me pude despedir... una pena. Vuelvo a repetirlo, les voy a echar mucho de menos.

(Sidra made in England que está muy buena)

Y así ha acabado mi experiencia londinense. Cuatro meses de aventuras que habéis seguido a través de mis palabras virtuales pero que no igualan el nivel de alegría/satisfacción/emoción/tristeza/enfado... que he experimentado aquí. No es el último post. ¿No queréis saber cómo va a ser mi vuelta? Mañana por la mañana lo escribiré y daré por zanjado Bookmarking Experiences, un vehículo en el que he podido haceros llegar todas mis vivencias. ¡Gracias por seguirme!

3 comentarios:

  1. wow con la noche londinense! Y toda la itsu people por ahi jejej. Qué guay!
    Me encanta el momento coco jiji. Y las cáscaras las teníais que haber guardado para haceros un bikini hawaiano, molaría mil!
    ooooooooooooh, se acaban los posts londinenses jooo :'(
    Un beso! Te vemos pronto!

    María F.

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  2. Y a qe me engancho yo ahora e! Jode...hazte un blog y marca todos los cafes del carlos y asi contamos a ver cuanto dinero le dejamos a la Yoli..jaja.
    Jooobar! En serio qe penica y qe bien q estes aqi otra vez e! Aunqe ya pensando en volver...

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  3. Biiiiiiieeeeeen!!!! nos ha gustado muuucho!! eoeoeoeoeooooeeeeeee!!!!!! ya sabes, ahora el último post con tu nuevo y maravilloso marcapáginas!!!!!Esta tarde nos vemos!!! jiji

    Itziar

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