29/5/12

Planes "alternativos" en una semana de días muy variados...

Nueva semana con días más emocionantes y completos que la semana anterior. Por primera vez salgo de Londres en tres meses y es para visitar la maravillosa ciudad de Oxford. Japonesas chupa cámaras, sustos en Hamley's o inspecciones pesadilla completan la semana.

(Christ Church, un edificio de Oxford, 'marcado')


Comenzaba la semana con un día libre después de ese largo y apasionante fin de semana y lunes de fiesta trabajando. Al ser una zona de oficinas (Victoria) durante el fin de semana y los bank holidays el restaurante está muerto. Eso se traduce en poco trabajo lo que conlleva a limpieza absoluta. En resumen: ¡necesitaba días de fiesta! Pero esta semana sólo me dieron uno. El martes. Mi nivel de cansancio era absoluto, pero me negaba a quedarme en casa... ¡Ni loco!

Decidí irme a Liverpool Street a dar una vuelta por el mercado que ponen todos los días. Acabé comiendo en un sitio muy chulo en el que te hacías ensalada de pasta metiendo los ingredientes que te apetecía. ¡Hacía mucho que no comía maíz! ¡Con lo que me gusta! Además, entré en Patisserie Valerie y me compré unos macarons para probarlos de una vez por todas. Una palabra: impresionantes. Cuando vuelva a España volveré a intentarlo. Son demasiado buenos como para darme por vencido.

Después de comer en unos bancos que hay cerca de la estación, cubiertos por una lona enorme, me fui a Stratford al cine. Llevaba mucho esperando poder ver la película de Los Vengadores y al final la he visto. Me gustó muchísimo, de las que más de superhéroes de los último años (veremos qué pasa con la tercera parte de Batman). La verdad es que han sabido dar protagonismo a todos los personajes (tal vez se ha quedado atrás Jeremy Renner) y encima han introducido muchas bromas y chistes. Es una película entretenida y muy bien hecha técnicamente. No pretendas encontrarte una película en la que se retratan los diferentes estratos sociales o las dificultades de unos amigos que no aceptan sus discapacidades. No. No se lo exijas. No te lo va a dar. Es puro entretenimiento.


(Cines Vue de Stratford)

Y después de un día de fiesta en el que no conseguí recuperar la energía que necesitaba, llegó el que denominaríamos en el restaurante como "el día". Desde este día todo cambio. A mí me habían cambiado el turno: empezaba a las 7.30 en vez de a las 7.00 y eso sólo significaba una cosa: crisis. Si de normal llegaba super justo a la producción, imaginaros con media hora menos. Pues no se quedó en eso la cosa. Vino una chica a inspeccionarnos todo. Cuando os digo todo es TODO: miro la parte de abajo de las papeleras, pasó el dedo por los extintores para ver si estaban sucios, metió el dedo en las ranuras traseras del horno, contó las recetas que hacíamos de todo... Vaya que nos vinieron con un control exhaustivo y sin avisar. El manager nos fue diciendo que por favor limpiásemos lo que usábamos, dejáramos todo limpio, tengamos todo bajo control... pero era imposible. Perdíamos demasiado tiempo con la exhaustividad de la limpieza. Además, me encontré con que Marco no había hecho nada de lo que tenía que dejarme preparado la noche anterior. Crisis suprema. Al final todo el mundo tarde, el estrés hizo que se nos cayeran cosas al suelo (un recipiente de arroz, pepitas de sésamo...). Para que os hagáis una idea, la chica nos vio tan mal que hasta nos ofreció su ayuda (ella trabaja para itsu, controla todo). Poco tardó en encajarse una redecilla y empezar a hacer bandejas. Pero el mejor momento fue cuando le preguntó a Adam qué podía hacer y Adam le dijo que por favor cerrara los ojos. Encima, no fue sólo ella la que acabó en la cocina haciendo bandejas. Francesca, una de las Operation Manager de itsu, acabó haciendo bandejas junto con Linda, la entrenadora de los Team Member Trainers. En fin, un show de día en el que nada funcionó bien.

Al acabar mi turno, Patricia, la chica que había venido a inspeccionarnos (que por cierto era española), me cogió y me empezó a decir qué necesitaba, cómo podía cambiar todo para que funcionara bien y me dio una lista con consejos para mejorar. Muy maja. Además, Ben, mi Manager, me dio las gracias porque a pesar de que había sido una mierda de día, no me había venido abajo con la presión y lo había tirado todo por la borda (no lo hice, pero lo pensé... más de una vez). No es normal que haya siete cajeras y sólo uno en mi sección haciendo la comidas de las siete cajeras. No me da la vida. A veces son muy maleducadas: "¿dónde está mi pollo con arroz?", "llevo siete minutos esperando una sopa"... y entonces les contesto cosas como: "look, two-handed" o "ven y prepáralo tú". A mí no me pagan para oír a histéricas así que sí, a veces me pongo a su nivel. La hora de la comida es estresante, pero lo es para todos y un "gracias" o un "por favor" se agradecen cuando tienes que pegarte tres horas cocinando a fuego en ese infierno de cocina llamado hot section.

Yo esa noche ya no pude dormir del todo bien. Al día siguiente entraba a la misma hora que el día anterior, pero me fui con los consejos de Patricia y con un horario que me había preparado. Resultado: maravilla absoluta. Todo salió a la perfección. Maravilloso. Cuando a las doce se unieron Salvi y Pablo a ayudarme (suelo estar solo hasta las doce y después a las dos me vuelven a dejar solo) todo estaba perfecto. Menos mal. Salió tan bien que Ben, del orgullo y el descanso, me regaló unas moras tipo lacasitos recubiertas de yogur. ¿Buenas? ¡Qué va! ¡Apenas!


(Mi premio y las malditas baldosas chorreantes)

Estábamos en la segunda semana de mayo y todavía llevaba abrigo a trabajar. Horrible. Además, las lluvias estaban a la orden del día. interrumpían tu paseo matutino hasta el metro o la caminata por Oxford Street. Pero lo peor de todo es que en esta última calle había baldosas enormes que no debían estar bien encajadas en el suelo y a veces, al pisar, salpicaban que daba gusto... sobre todo si te daba a ti la salpicadura...

Sábado 12 de mayo
Y esta semana, por fin, salió un plan alternativo: Oxford. Le pedí a Ben a ver si me podía dar el fin de semana libre. Me dijo que no era mi turno y sin contemplaciones le contesté: ¿Y cuándo me toca? Porque llevo cuatro fines de semana trabajando seguidos". No se lo creía y decidió mirar la rota. Exacto. Tenía razón. Me dijo que lo iba a intentar... y al final me lo dio. ¡Yeah!

 (Dos de los edificios de Oxford. El segundo es la escuela de música)

 (Un arco en una calle y ¿quién dijo bicicletas frente al Trinity College?)

(Un pueblo con MUCHO encanto)

Sarai y yo quedamos para ir a la ciudad universitaria el sábado y disfrutar del día allí. La verdad es que la ciudad es muy bonita, pero es muy pequeña. Se ve en un día, sin duda. Lo malo que tiene es que muchos edificios son privados, son colegios mayores o edificios donde se da clases por lo que no se puede pasar o pagas para entrar.


 (Town Hall y Christ Church al fondo)

(Entrada a Christ Church y un templete en la calle principal)


Al final decidimos entrar en uno que sabíamos que iba a ser el que más merecía la pena. ¿Por qué? Porque sabíamos que ahí se habían grabado escenas de Harry Potter o se habían inspirado en él para hacer el gran comedor de Hogwarts. La verdad es que Christ Church es muy bonito. Las escaleras me las imaginaba más grandes de lo que son. Y el comedor es definitivamente una inspiración del comedor de ese colegio mayor. Sí, estaban las mesas puestas porque ahí es donde comen los alumnos alojados. ¿Dinero? ¡Qué cosas tenéis! Pero lo mejor de todo es ver una máquina de zumos tropicana en medio de ese comedor señorial repleto de retratos de reyes y duques. Pegaba lo que yo te diga.

(Escaleras de Harry Potter. Japonesas detrás de mí)

(Comedor en el que se inspiró el de Harry Potter)


Tuvimos compañía durante prácticamente toda la visita. Eran tres japonesas tiernas, con zapatos del siglo pasado y calcetines de puntilla que se metían en TODAS mis fotos, en las que salía yo. Viéndolas después me doy cuenta de que en las mías salen siempre y en las de Sarai nunca. ¡Qué leñes!

(Patios de Christ Church y, como veis, una japonesa se coló en mi foto)

(Patio de Christ Church y castillo de Oxford)

Al salir de Christ Church fuimos a una tienda pequeña que había en frente que estaba repleta de objetos relacionados con Alicia en el País de las Maravillas. ¿Por qué? Porque Oxford inspiro a Lewis Carroll para escribir la historia de la niña que cae por el hueco del árbol. La tienda era muy chula, pero estaba repleta de japonesas extasiadas con cada taza, careta o bufanda. Compré dos marcapáginas y nos fuimos de esa pequeña meca de freakismo japonés.

(Tienda de Alicia en el País de las Maravillas)

Domingo 17 de mayo
Y el domingo tocaba un nuevo plan. Esta vez con Beatriz Remírez. Quedamos en Camdem y estuvimos paseando por allí mientras nos actualizamos un poco. Al ser domingo, como os podéis imaginar, había muchísima gente por Camdem. Tanto que para comer decidimos salirnos de la calle principal y perdernos un poco para encontrar un sitio en el que sentarnos. Acabamos en un Pret comiendo, aunque yo tenía comida de itsu, ya que el viernes, al acabar por la noche, me pude llevar a casa.



(Camdem el sábado y celebración del cumpleaños de Budha en Leicester)

Después de comer nos quedamos con ganas de McFlurry. El McDonalds de Camdem estaba cerrado y decidimos irnos al centro, al McDonalds de Leicester y así saludábamos a Sarai. La verdad es que es un chollo el McFlurry. Vale menos que en España, sólo .99p así que es uno de los productos estrella. Después de zamparnos el helado decidimos dar una vuelta y acabamos subiendo por Regent St. Nos metimos en la nueva tienda de Hollister que han abierto. Es un poco claustrofóbica: oscura, muchos muebles y barbies/ken por todos los lados. Sí, no me creo que esa gente sea de verdad. ¿Dónde me vas con 10ºC sin camiseta enseñando torso en la puerta de la tienda? Estrategias de promoción.

(Familia real... de Lego. La reina también está hecha de Lego. Increíble)

Después de la visita poco fructífera a la tienda decidimos entrar en el paraíso del juguete. Sí, en Hamleys. Fuimos piso a piso rememorando nuestra infancia. Nos lo pasamos muy bien. El mejor momento, sin duda, fue cuando Bea se puso una careta de Spider-Man para asustarme y un dependiente de la tienda se puso otra para asustarle a ella. Menos mal que no pegó chillo, si no me muero de la vergüenza. Sólo soltó un simple "Ay" pero por sus adentros le temblaba hasta la última vena. La verdad es que en esa tienda saben cómo pasárselo bien... Estoy muy contento en itsu, pero no me hubiera importado trabajar ahí...


(Esos mofleticos monos de la Lego-Reina y Bea haciendo el tonto)

Después de Hamley's acabamos en Carnaby Street dando una vuelta. Nos metimos en una tienda increíble, llena de tonterías, de objetos curiosos: abrelatas con forma de cerdo, paraguas de plumas, gomas de borrar "para grande errores", muñecos acuchillados para meter los cuchillos de cocina... muy chula y llena de titadas. Es la misma que hay en Nothing Hill y que una vez dije que le encantaría a María Flamarique. No recuerdo si estuvimos en esta tienda hace dos años.


(Cartel de Carnaby Street)

(Algunos de los objetos que se venden en la tienda)

Y así acabó mi semana. A punto de comenzar otra semana en la que no sabía qué aventuras me esperaban, pero seguro que bastantes. Es Londres y siempre pasa algo. Siempre.

itsu things 

Hoy toca hablar de los cheques "Wings voucher" y del Mystery Shopper. 
Los "Wings voucher" son dos cheques que te da la empresa cada vez que te gradúas (asciendes) para que se los des a las personas con las que más a gusto has trabajado o que más te han ayudado. Yo recibí uno de María y otro de Pablo. La verdad es que estoy muy agradecido. Creo que yo, si hubiera completado mi ascenso, seguramente se los hubiera dado a ellos. No sólo porque sean españoles y nos llevamos muy bien, sino porque han sido, realmente, los que más me han ayudado. También está Olga, pero entre María y Olga, la primera me ha ayudado mucho más. El cheque es de diez libras y lo cobras en tu próximo sueldo. Además, es libre de impuestos así que son diez libras netas. 

Pero lo más gracioso es leer las "instrucciones" de los Wings Voucher. Hay una en la te deja claro que no los puedes vender en el mercado negro. Es muy gracioso.
En cuanto al Mystery Shopper, es un "cliente misterioso" que viene cada semana y nos evalúa: sección caliente, bandejas, cómo le han tratado, limpieza de la tienda, ambiente entre los trabajadores... Es una especie de examen en el que si sacamos un diez conseguimos una libra más por hora a la semana. La verdad es que no es una broma, al final te sacas unas cuarenta libras... ¡Ta de para el metro de esa semana! Como podéis ver en el balance de esta semana, no lo conseguimos... por mucho. Nos dijeron que era el peor balance que ha tenido la tienda desde que se abrió (qué vergüenza), pero no se te hace tan raro cuando descubres que fue el día pesadilla. Fallamos en que las mesas estaban sucias, María no le dijo dónde estaban los cubiertos y estuvo esperando más de un minuto la comida caliente (por norma general, los clientes no pueden esperar su comida caliente más de un minuto entre las once y las dos y más de dos a partir de las dos). 
Además de eso, el cliente puede marcar el nombre o la descripción de alguno de los empleados que mejor le haya tratado si se siente que ha sido maravilloso y ese empleado tendrá un premio: cincuenta libras libres de impuestos en el próximo sueldo. Se llama "Wing Butterfly" Además, si gana varias la mariposa, desde las oficinas generales van al restaurante y le regalan un broche de una mariposa de Tiffany. 
Estas son las tres formas de conseguir motivar a los trabajadores para mejorar, trabajar duro y ver que tu trabajo puede tener recompensa. Es un método que funciona y está muy bien. No sabéis lo emocionante que es ganar el Mystery Shopper una semana...

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